Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Lo que a mi vida le hace falta si no vienes.

La madrugada se tornó caótica. Somi y un médico se encontraban en la habitación del matrimonio. Soonyoung llevaba horas con fiebre y malestar en el cuerpo, el omega susurraba palabras incomprensibles y emitía de vez en cuando quejidos bajitos. Jungkook se mantenía a su lado, impotente ante la situación.

No había mucho qué hacer por él, solo bajarle la temperatura y cuidar que no empeorara. Si lo trasladaban al hospital, corrían el riesgo de que perdiera al bebé.

Jungkook no dudaba entre salvar la vida de Soonyoung antes que la de su hijo, mas este último luchaba por no perder la consciencia y así insistir en que estaría bien, manteniéndose siempre al borde del precipicio, entre la vida y la muerte.

El alfa no lo soportaba, se odiaba tanto porque sentía que era él quien los había puesto en aquella situación. Donde Soonyoung se aferraba a darle un heredero, donde su vínculo apenas podía ofrecerle un poco de confort, porque sus emociones inestables le impedían enfocarse en él, porque no podía solo amarlo a él, porque le había fallado y ahora su lobo estaba confundido, entre proteger a Jimin o a Soonyoung.

Si pudiera ordenarle a su corazón, lo haría sin dudarlo. Le ordenaría cuidar de Soonyoung, le haría centrarse en él, en su olor a girasoles, en su sonrisa de ángel, en la ternura que solo exteriorizaba cuando estaba a su lado, en sus manías raras, en sus días grises en que se mantenía silencioso y sumido en sus pensamientos, en las veces que había ignorado su naturaleza reservada por acercarse a él y confesarle sus preocupaciones, porque podía sentir en cada poro de su piel el amor de Soonyoung, cómo quería hacerlo feliz antes que a sí mismo, cómo temía que lo dejara, podía incluso percibir su miedo de perderlo, tanto que le estremecía y le dolía como propio.

Si pudiera mandar en su cabeza, le ordenaría que olvidara a Jimin, que sus ojos solo lo viesen como el omega que les daría el heredero que tanto anhelaban, se obligaría a dejar de pensar en él, en dejar de necesitarlo como si el oxígeno solo lo encontrara en su presencia, en su inocencia y su lado necio del que no conseguía desprenderse.

—Lo mejor es que vaya a descansar —aconsejó Somi al verle tan agitado, caminando de un extremo a otro de la habitación—, yo lo cuidaré bien y le hablaré si algo ocurre.

El médico se había marchado media hora atrás.

—Gracias, pero te pediré lo contrario —respondió deteniéndose repentinamente—, déjame con mi esposo.

La beta asintió sin protestar, después de todo, creía que lo mejor para Soonyoung era recibir el calor de su pareja.

—Estaré al pendiente si necesitan algo —comentó antes de retirarse dejándolos solos.

Jungkook acercó el sofá a la cama para después desplomarse en él. Llevaba días sin dormir correctamente, y con el estrés a tope. No tenía fuerza, se sentía un completo inútil. Dejó caer su cabeza cerca del costado de su esposo, y con uno de sus brazos lo rodeó por el abdomen.

—Lo lamento, desearía absorber todo tu dolor, pero solo una pequeña parte se transmite a través del vínculo —murmuró acariciando con su pulgar la cintura del omega.

Con los párpados apretados con fuerza, y la respiración irregular, parecía que por fin había conseguido descansar, pero en realidad se mantenía alerta y alcanzó a escucharlo.

—Aunque tuviera la oportunidad de hacerlo, no lo haría —pronunció con voz rasposa.

No esperó una respuesta, aquello le hizo levantar la cabeza para observarlo. Lo encontró mirándolo con los ojos entornados y una sonrisa débil.

—¿Por qué? Soy yo quien te debe proteger y quien te debe hacer feliz —replicó acercándose a su rostro para que cuando hablara no tuviese que forzar tanto su voz.

La sonrisa osciló en sus labios.

—Es que no es un deber, Jungkook —lo corrigió—, y porque soy yo quien desea protegerte —completó estirando su diestra para acariciar la mejilla del alfa.

—No entiendo, no entiendo por qué haces todo esto, por qué arriesgas tu vida, cuando ya habíamos decido tener ese bebé por otros medios —dijo colocando su palma sobre la mano cálida del menor.

Tras un largo silencio, lleno de incertidumbre, musitó.

—Porque recordé el día que nos conocimos, ¿tú aún lo haces? —cuestionó y al recibir un asentimiento continuó—: Nuestros padres armaron una cita en aquel restaurante en el centro de la ciudad, aquel que queda en la terraza y tiene una hermosa vista. Yo estaba tan enfadado, tenía apenas diecinueve años y quería hacer mil cosas antes de comprometerme, que llegué tarde y vistiendo aquel traje de colores extravagantes que me regaló Mild como broma por la ocasión.

—También usabas lentes oscuros —añadió consiguiendo que su expresión se suavizara al rememorar su primer encuentro.

—Cierto, estaba tan irritado que al verte de espaldas esperando por mí en la mesa, pasé junto a ti sin saludar y me senté sin más —dijo liberando una pequeña risilla que floreció del centro de su pecho—, nos mantuvimos la mirada por varios segundos hasta que no pude más y la desvié avergonzado, ya que tú te veías impecable y ni un poco molesto por mi horrible actitud.

—Entendía que no sería agradable para ti que de un día para otro te obligaran a casarte con un alfa extraño, con uno que no conocías de nada —pronunció aún convencido de aquello.

—Creí que te levantarías de la mesa y me dejarías solo, y aunque al principio era mi deseo, al verte todo cambió. Pero no lo hiciste y ni mencionaste que te mantuve esperando una hora —dijo con nostalgia—. ¿Y recuerdas lo que dijiste al final de aquella cita?

Jungkook tomó la mano del omega y la acercó a sus labios.

—Te dije que eras lo que me faltaba en la vida —articuló contra su dorso y al final depositó un beso.

—Y si eso es verdad, entonces un hijo de ambos es lo correcto —respondió con voz trémula.

Porque una parte de Soonyoung sabía que el alfa que ahora le besaba, no era el mismo de aquella noche, que antes no sabía lo que era el amor, que solo intentaba hacer lo mejor.

Percibiendo el dolor de Jungkook, aquel que tenía una buena razón de ser —porque semanas atrás estuvo a punto de pedirle a Jimin que se uniera a él, sin importarle Soonyoung y su pequeño, rompiendo el vínculo de la peor forma—, hizo lo único a su alcance para traer alivio a su corazón.

✧✦✧

Asomándose eventualmente por el pasillo, descubrió que la casa había regresado a la normalidad.

Mas la habitación de Soonyoung y Jungkook se mantenía con la luz encendida y la puerta entreabierta.

Angustiado tuvo un debate interno entre intentar conciliar el sueño o acercarse para comprobar el estado del omega. Le preocupaba que algo malo le hubiese ocurrido y no podría dormir hasta asegurarse de que estaba bien.

Por ello se armó de valor y con sigilo recorrió la distancia que lo separaba de Soonyoung.

Creyó que encontraría allí a Somi, no esperó ver al alfa inclinado sobre Soonyoung, besando sus labios con tanta delicadeza, como si temiera que bajo su tacto el omega fuese capaz de desintegrarse.

Jimin enseguida pegó su espalda a la pared para no interrumpirlos. Se llevó ambas manos a la boca para impedir que cualquier sonido escapara de él.

Su ritmo cardíaco se aceleró de forma dolorosa, y como si unos dedos invisibles estrujaran su corazón dentro de su pecho, al punto que desearan estropearlo.

Por más que intentó controlarse, asimilar que eso era lo natural, que ellos eran un matrimonio y él un intruso; el malestar no menguó y en cambio se fue expandiendo al punto que lágrimas brotaron con facilidad empapado sus mejillas.

Debía regresar a su habitación, debía olvidarse de lo que había visto, pero sus piernas no se movían y la imagen de Jungkook besando a Soonyoung no dejaba de atormentarlo.

Dejó que la gravedad lo arrastrara al suelo y el mundo se derrumbara sobre él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro